Que
las licorerías en este país cierren a las 7 de la noche es un claro significado
de que nadie se ha puesto a calcular correctamente cuanto (más) se podría ganar
por impuestos. Digo, ya que siempre hay más de uno pendiente en ver cómo te
quitan dos bolivitas más.
Sector
El Cementerio. 7:10 de la noche. Se antojan unas ganas de comprar un vino para
la cena a la cual vamos en camino. No vemos ninguna licorería abierta. Nada mejor
que preguntarle al perrero de la esquina si sabe cual nos puede facilitar un
vino.
-
Amigo, ¿sabe que licorería está abierta por allí?
-
Cierran a las 7, mija.
(Se
acerca un hombre moreno, de unos cuarenta y dele, vistiendo una chaqueta)
-
¿Qué estás buscando?
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Bueno, una licorería.
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¿Para comprar qué? ¿Un roncito?
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No. Un vino.
-
Ah (resonga). Pero vino está como difícil.
(Piensa
unos breves segundos en silencio)
-
Mira, cruza aquí a la izquierda, luego a la derecha, luego a la izquierda y
sigues derecho dos cuadras. Allí hay una licorería. Ya está cerrada, pero Ángel
atiende, tú sabes, bien guillaito. Anda a ver.
-
Gracias, señor.
-
Por cierto, mi amor. Si no te pones el cinturón de seguridad, te meto presa.
Nada
como que un policía te de las indicaciones de la licorería. Ah, y para el
tal Ángel, sangría es vino tinto.
Yo Sí te meto presa! ;)
ResponderEliminar¿ah, si?
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