No esperes que te lo diga ahora comenzando este párrafo, porque no lo sé. Pero ayer en una conversa amena con unos compañeros comunicadores (ningún periodista, cabe destacar), un ex publicista que ahora está en el mundo político -y que no diré que se llama Roberto- nos hizo llegar al tema de como la publicidad también es algo que nos define. Por supuesto que hablamos pestes de los comerciales de zapatos y tanta cosa espantosa que sale en nuestro televisor a la hora de la novela. Y, repasando la lista de las razones por las que un comercial para televisión puede ser recordado, añadimos a la enumeración: ¡por malo!
Y la charla nocturna terminó con una reflexión sobre lo que somos y lo que nos identifica. Porque de verdad, ser venezolano no es solo meter el dedo en el whisky, no es jalar la mesa en vez de arrimar más la silla; no es desayunar, cenar, merendar, almorzar y pasar el ratón con una arepa. Simplemente, usted es venezolano si se sabe completico, de arriba a abajo y lo ha dicho más de una vez en su vida, el comercial de Limpiador de pocetas M.A.S., que desmancha más, que desinfecta más... como Roberto nos contaba "eso es ser venezolano. Saberse el guión del comercial del limpiador M.A.S. Tengo una amiga que vive en Estados Unidos y lo tiene en un DVD, y cada vez que extraña a Venezuela lo pone y llora como loca. Sobre todo los 31 de diciembre".