martes, 5 de febrero de 2013

Te meto presa



Que las licorerías en este país cierren a las 7 de la noche es un claro significado de que nadie se ha puesto a calcular correctamente cuanto (más) se podría ganar por impuestos. Digo, ya que siempre hay más de uno pendiente en ver cómo te quitan dos bolivitas más.

Sector El Cementerio. 7:10 de la noche. Se antojan unas ganas de comprar un vino para la cena a la cual vamos en camino. No vemos ninguna licorería abierta. Nada mejor que preguntarle al perrero de la esquina si sabe cual nos puede facilitar un vino.

- Amigo, ¿sabe que licorería está abierta por allí?
- Cierran a las 7, mija.
(Se acerca un hombre moreno, de unos cuarenta y dele, vistiendo una chaqueta)
- ¿Qué estás buscando?
- Bueno, una licorería.
- ¿Para comprar qué? ¿Un roncito?
- No. Un vino.
- Ah (resonga). Pero vino está como difícil.
(Piensa unos breves segundos en silencio)
- Mira, cruza aquí a la izquierda, luego a la derecha, luego a la izquierda y sigues derecho dos cuadras. Allí hay una licorería. Ya está cerrada, pero Ángel atiende, tú sabes, bien guillaito. Anda a ver.
- Gracias, señor.
- Por cierto, mi amor. Si no te pones el cinturón de seguridad, te meto presa. 

Nada como que un policía te de las indicaciones de la licorería. Ah, y para el tal Ángel, sangría es vino tinto.